- Ver el contexto del cliente: Puedes revisar lo que habló antes, qué pidió, qué problemas tuvo, qué se le prometió, etc.
- Resolver más rápido: Si ya ha pedido algo antes o ya se le ha explicado algo, no tienes que empezar desde cero.
- Mantener consistencia: Todos los agentes pueden ver lo que otros agentes hicieron o respondieron antes.
- Evitar repetir preguntas: Si ya diste una información antes, puedes retomarla sin volver a preguntarla.
- Analizar patrones: Sirve para detectar clientes que, por ejemplo, consultan varias veces lo mismo, han tenido un problema repetido o están en procesos pendientes o tickets anteriores